¿Quién es la Filosofía?

LUIS CABRERA LÓPEZ | 07 de noviembre de 2015

Una defensa de la Filosofía en los tiempos de la Lomce     

Nuestros tiempos son tiempos de recortes. Una de las últimas decisiones del Ministerio de Educación ha sido recortar la Filosofía de los colegios, e incluso de los institutos. Tras esta decisión se oculta un nefasto supuesto: “la filosofía no sirve para nada”. ¿Cómo explicarle a toda una sociedad que es necesario que estudie Filosofía? Y, peor aún, ¿cómo explicarle que debe invertir en la Filosofía o que parte de su juventud deba dedicar su vida al estudio de ella? Vivimos en una sociedad que se basa en la eficiencia, esto es, que busca resultados; y mejor aún si esos resultados tiene un soporte material, quiero decir, mejor si producen un objeto o bien de consumo, o, si no, que  produzca dinero por la venta de un servicio. El problema es que la Filosofía es la abstracción pura, ideas sobre ideas; no hay soporte material por ningún lado. Se trata de algo tan etéreo que parece imposible explicar qué es y para qué sirve. Pero no desesperéis, podemos recorrer otros caminos que nos ayuden a resolver estos misterios. Yo creo que la mejor manera de explicarle a alguien desentendido del asunto de la Filosofía de forma que logre atisbar alguna de sus múltiples bondades, sería, tratarla como si fuera una persona y describirla. Así que permitidme que cambie la pregunta de “¿qué es la Filosofía?” por “¿quién es la Filosofía?”.

Si yo tuviera que responder a la pregunta “¿quién es la Filosofía?”, y también a sí es buena o mala, o sí sirve particularmente ahora para algo, la respondería del siguiente modo: la Filosofía es una vieja y rechoncha señora. Sus formas se adecuan más a los prototipos estéticos del hombre de Neandertal que a los actuales, quiero decir, es gorda, con grandes lorzas que cuelgan de sus laterales, sumamente obesa diría yo, mucho más que la famosa Venus de Willendorf.  Podría decirse que es como una madre ya menopaúsica; entiéndanme, es un poco pesada, siempre incordiando con sus preguntas: ¿Con quién saliste anoche hijo? ¿Pero no crees que esas chicas tuyas no son lo que te conviene? ¿Te estás abrigando bien hijo? Sí, mamá. Sí, mamá.

¿Quién querría entonces dedicarle su vida a la Filosofía? Todos prefieren a las otras ciencias y artes, de belleza resplandeciente y poderío científicamente verificable. Pensemos, por ejemplo, en la Medicina, con esos conocimientos utilísismos cuando enfermamos, y esas gafitas combinadas con la bata médica, bata que permite la contemplación de sus largas y atléticas piernas. ¡Cuánto morbo! Tal vez podríamos fijarnos en la Abogacía, guapa, seria, formal, con clase y estilo, puede que no sea la más morbosa pero ¿quién la dejaría pasar a cambio de una gorda rechoncha? ¡Mejor aún! La Economía, con esos gigantescos pechos de silicona, su ondulado y rubio cabello, sus curvas y ese vestidito prensado que las resalta; para colmo, la Economía es multimillonaria y va en un lujoso descapotable. Sin embargo, todos persiguen a la deliciosa Economía, y por esta alta competencia, quizás algunos puedan preferir a la Pedagogía, ella es guapita, bohemia, calmada, y aprecia las pequeñas cosas de la vida, todo ello sin el incómodo preguntar de la vieja y gorda Filosofía. Decidme pues, ante estas descripciones, ¿qué mujer escogerías? Estoy seguro de que todos llamarían loco al que escoge a la Filosofía, y puede que tengan razón, pero solo puede.

Hasta ahora, escoger a cualquier otra frente a la Filosofía se  ha presentado desde un primer momento como evidente, y no me refiero solo a los atributos físicos que hemos descrito. En fin, no hay más que mirar el mundo actualmente para llegar a la decisión de discriminar a la Filosofía. ¡Pobres Griegos! Ellos que cortejaron a la Filosofía y la enarbolaron cuando aún era joven y hermosa, y míralos ahora, hundidos bajo la deuda, sin que ningún sabio pensador sea capaz de llegar ahora para inspirarlos y sacarlos del hoyo. Miren a los Alemanes, con el estómago lleno y la vida bien encaminada, obteniendo los favores de la guapa y desbordante Economía.

Pues bien, probablemente a estas alturas ya has intuido mi opinión; yo creo que aún con todo hay razones para escoger a la Filosofía. Puede que sea obesa y vieja, puede que no llegue a fin de mes, pero a la Filosofía se la quiere mucho. Bueno, más bien, es querida por pocos, mucho. La Filosofía es la madre de todas las demás,parece que no hace nada útil, pero ella friega, limpia la casa, tiende la ropa y da aliento en los tiempos alicaídos. No seríamos mucho sin la Filosofía, y cuando ella cae, el desorden se apropia del hogar. Nadie valora lo que ella hace, es aburrido, monótono, tedioso, pero ¿y si nadie lo hace?  Pues si nadie lo hace, la Economía se disloca y empieza a traer muchos ligues a casa, el suelo se llena de condones, cada vez se junta con hombres de más dudosa reputación. ¡Parece que a más cabrones, más le gustan! La Pedagogía se queda sin su referente máximo, que es el ideal, y se pone a enseñar a sumar, restar y hacer divisiones, para amargarles a los chiquillos el periodo escolar, sin saber responder bien el porqué tienen que aprender esto o aquello, siguiendo modelos educativos obsoletos. La Abogacía empieza a citarse solo con los hombres que tienen dinero, empieza a creerse que ella vale más, que ella es la élite, y que el pobre panadero o el barrendero no merecen tanto de su atención. Y la Medicina, siempre tan imparcial y tan buena, no te atenderá a menos que pagues un precio, un copago.  Y es que perder a la Filosofía, es perder el criterio; perdiendo también la reflexión sobre el criterio mismo.

¡Pero bueno! Dirán algunos. Eso es demagogia barata, de hippie de Podemos, porque es la Economía quien paga los salarios de los filósofos, para que se encierren en la biblioteca a leer y no den un palo al agua. ¿Cómo va a suceder ese caos que usted dice por no elegir a la Filosofía? Dirán algunos. Pues mire usted, yo le digo que se equivoca. Yo le digo que el hecho de que usted no la valore no hace que ella no tenga valor. Ella es el pilar y el fundamento de todo lo demás, puede que le cueste un poco llegar a dar un buen consejo, pero cuando una madre intuye algo, siempre es verdad. Puede que ustedes no valoren mucho a su madre. Entonces, el mejor consejo que alguien puede darles es que la valoren antes de que desaparezca. Puede que les cueste un poco, incluso les moleste, tener que invertir en ella o comprarle un regalo por su cumpleaños; encima, uno no sabe muy bien que regalarle. Pero yo les digo que lo hagan. ¿Cuántos problemas se hubieran evitado  escuchando un poquito más a su madre durante la juventud? Estoy seguro que muchos.

Ya vuelvo a escucharles rugiendo en mi cerebro. Esto que dice este tío es una chorrada, una simple analogía, una metáfora bonita, un cuento chino. ¡La Economía está buenísima, con esos pechos! ¿Quién puede refutar un buen par de razones bien grandes y esféricas? Bueno, bueno, señores, podría haber entrado en un plano argumental más profundo para probar las bondades y virtudes de la Filosofía, pero entonces casi seguro que ustedes no me habrían ni leído. Si se habla profundo, porque es un rollo, si se usan fábulas, porque es infantil. Se haga lo que se haga hay una inercia a no querer escuchar y a si querer decir y decir, e imponer. Pues por eso hace falta la Filosofía, para tratar de romperle a ustedes los esquemas preconcebidos y desquebrajar los topicazos de los que les han nutrido a base de discursos televisivos. Porque a veces sin saberlo nos hemos trazado límites a nosotros mismos, y no queremos salir de la habitación que nos aprisiona; porque ni siquiera sabemos que es una habitación. Espero que con este artículo se les haya formado cierta idea de quien es la Filosofía, y si ustedes no quieren elegirla, tampoco hace falta; ya lo hacemos otros. Lo único que les pido es que no la maltraten, está muy feo hacerle eso a una madre.

  • 02 de diciembre de 2015 - 03:38 GMT #4. Lucky
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    Sin venir a cuento

    Me llamo la atencion la pregunta que da titulo al texto. Me ha sorprendido viniendo de alguien que se la cascaba leyendo Nitche. Pero mira, me parece mejor hacer esto que un monton de mierdas que se hacen a diario. Por cierto no hace falta que escribas como si tubieras que defenderte a priori de criticas imaginarias a tus palabras. Quien tiene algo que decir entiende que el valor esta en el mensaje, no en el mensajero. La verdad no necesita defensa, si es asi hay un problema. Paso de las tildes.
  • 14 de noviembre de 2015 - 18:55 GMT #3. Luis Cabrera
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    A: Dulce Fernández

    Gracias Dulce. ¡Un abrazo!
  • 06 de noviembre de 2015 - 20:34 GMT #2. ¡Únete!
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