La gran mayoría de las políticas culturales que aplican las administraciones públicas
En España, hasta la promulgación de la constitución del 78, la cultura adolecía de la consideración que, por ejemplo tenía en el resto de Europa, especialmente tras la declaración universal de los derechos humanos, treinta años antes. La constitución española, la cita expresamente como derecho, y desde entonces, y más en concreto, tras los fastos culturales del 82 (Olimpiada en Barcelona, Expo de Sevilla y capitalidad cultural europea de Madrid) el cambio que se va produciendo es notorio en el terreno de la gestión y el marketing. Sin embargo, a pesar de estos logros y el tiempo transcurrido, el sector de la cultura en España sigue teniendo retos importantes que resolver que la situación de recortes en su financiación de los últimos años ha agravado.
Entre estos, grosso modo estarían:
La gran mayoría de las políticas culturales que aplican las administraciones públicas, a pesar de la existencia de importantes realizaciones, siguen careciendo de objetivos estratégicos o no se cumplen. Resultan inestables, poco transparentes a la ciudadanía y el propio sector.
En un alto porcentaje de intervenciones se sigue echando en falta líneas de cooperación y coordinación institucional.
El mapa de infraestructuras y equipamientos culturales no está optimizado o sobrevive con carencias técnicas o administrativas a bajo o nulo rendimiento.
La mayoría de los agentes culturales suelen desarrollar sus proyectos de forma atomizada, con escaso desarrollo tecnológico y competitivo además de con una excesiva dependencia de las instituciones públicas.
La formación profesional de gestores, tanto públicos como privados sigue siendo una necesidad para su desarrollo.
Todavía, en amplios sectores de la política cultural, no se reconoce el coste que esta tiene respecto a la aportación de los profesionales, tanto de la gestión como de la creación. En muchos casos, ni las administraciones públicas en sus diversos niveles, ni la sociedad en general, reconocen el papel de los empresarios y profesionales en la defensa de los derechos culturales y su diversidad.
Tampoco se ha conseguido, a pesar de encontrarnos sumergidos en una sociedad de la información, un equilibrio entre los derechos individuales de los ciudadanos y la protección de los derechos a la propiedad intelectual.
La identidad cultural de los agentes y sus productos, se encuentra en muchos aspectos desprotegida por la fuerte dependencia de la industria cultural globalizada.
El derecho de la cultura, es decir, todo aquel conjunto normativo que le afecta, sobre todo en los ámbitos fiscales y jurídicos, va a la zaga y en contra de su desarrollo. Aun más, no se ha conseguido la participación del conjunto de la economía productiva en la financiación de los proyectos culturales.
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Hola Jose9 ,me gustareda mucho poder cesonguir tu libro , mi nombre es Leonor Mauvecin y tambie9n vivo en Cf3rdoba pero la de la nueva Andaluceda , es decir Cf3rdoba Argentina.Tambie9n escribo , soy poeta puedes visitar mi blog : leomauvecin.blogspot.com alled he subido algunos libros de poemas . Tambie9n tengo uno de cuentos , soy licenciada en letras por la Universidad de Cf3rdoba y coordino talleres de escrituraAce1 los Mauvecin somos un grupo grande , incluso tenemos un grupo en facebook , todos venimos de Juan Saturnino Mauvecin que llegf3 a Argentina por el 1770 y muchos hemos visitado el castillo en los pirineos .www.elculturaldecanarias.com no se hace responsable de las ideas expresadas por los autores de los comentarios y se reserva el derecho a eliminar aquellos contenidos que: